Imágenes del folleto de época de la marca
martes, 20 de noviembre de 2018
domingo, 18 de noviembre de 2018
viernes, 16 de noviembre de 2018
miércoles, 14 de noviembre de 2018
Anexo: documentos FERMIBA
Taller metalúrgico radicados en la localidad bonaerense de Chivilcoy, cuya razón social completa era "Talleres Fermiba SA". Empresa fundada en la década del 40' (concretamente en 1949), por aquella época en los primeros años de la década del 50's modificó con pocos resultados industriales y comerciales trilladoras de arrastre para convertirlas en cosechadoras automotrices.
ALEJAMIENTO DE SOCIOS: en 1953 se disuelve la sociedad primitiva, ya que Migliore y Bacigaluppo se retiraron de la misma, quedando así solamente Fernández.
EL DESPUÉS: Posteriormente a esta experiencia sin mucho suceso, Rodolfo Fernandez quedó al frente de la empresa. se siguió dedicando a la actividad industrial como una metalúrgica más pero orientada también a la fabricación de implementos agrícolas como arados de reja, cultivadores y rastras de discos. Sus últimos titulares Rodolfo Juan Fernández y Leonilda Scasso de Fernández. En 1969 la empresa se muda al recién estrenado Parque Industrial Chivilcoy.
EL OCASO DE LOS 80'S en 1980 según un fallo de la Suprema Corte de la Justicia de la provincia de Buenos Aires empezó a tener problemas con el gremio UOMRA (Unión Obrera Metalúrgica de la República Argentina) por cobro de aportes. Ya para 1989, según una circular del BCRA (Banco Central de la República Argentina), recibió un embargo de 221584,77 australes en concepto de capital reclamado más 70000 australes en concepto de intereses.
ORIGEN DEL NOMBRE: FerMiBa derivaba del apellido de los fundadores (Rodolfo FERnández, MIgliore y BAcigaluppo).
Agradecimiento especial a Micaela Matias por la información.lunes, 12 de noviembre de 2018
Anexo: reforma Cucco
Talleres establecidos en la localidad de Alcorta, al sur de la provincia de Santa Fe, más precisamente en la esquina de Boulevard 25 de Mayo entre Rivadavia y Avellaneda. Este taller fue fundado por Enrique Cucco, que estuvo activo durante la década del 30' y parte de los 40's, modificó algunas cosechadoras de arrastre a automotriz. Y en otro caso, automotrices (como se ve en la imagen de abajo, lo que pareciera ser una Massey Harris n° 20 - foto sacada en la esquina de San Martín y Angelozzi de Alcorta).
Mayormente y hablando de manera extensiva para casi todas las reformas practicadas, se modificaba la plataforma (con su respectiva ubicación y levante), el rodado, puesto de comando para el operador y el bolsero, agregado de motor, transmisión y otros accesorios como el techo.
OCASO: Una vez que el furor por la modificación de estas trilladoras disminuyó debido a la masificación de la cosechadora autopropulsada, el taller fue dedicándose a otras labores metalúrgicas hasta que cerró en algún momento de la década del 60'.
OCASO: Una vez que el furor por la modificación de estas trilladoras disminuyó debido a la masificación de la cosechadora autopropulsada, el taller fue dedicándose a otras labores metalúrgicas hasta que cerró en algún momento de la década del 60'.
Reforma Cucco, realizada entre fines de los 30's y década del 40'. En la imagen, Enrique Cucco junto con trabajadores del taller y su reforma recién estrenada.
sábado, 10 de noviembre de 2018
jueves, 8 de noviembre de 2018
Ellos en la historia Argentina: Tractores que hicieron al país (2° parte)
En el año 1966 Fahr abandonaba la producción de tractores, asumiendo DeCa sus unidades y en 1969, Massey Ferguson adquirió la mayor parte de Hanomag.
Durante la década del 70 el capital en la rama se centralizó en 4 fabricantes.
Para 1972, la planta de Fiat, ahora en Sauce Viejo, provincia de Santa Fe, estaba preparada para producir 10.000 unidades anuales.
Deutz, en Haedo, ocupaba 1.700 obreros y podía producir 5.000 anuales.
Massey Ferguson contaba con una planta en Baigorria, Santa Fe, y más de 1.000 empleados. John Deere podía fabricar 6.000 anuales; en 1974 fabricaron 4.919 tractores de cuatro modelos entre los 43 y los 102CV. Las producciones de la gama entre 18 y 35 HP ya se habían abandonado por considerarse anti económicas, ya que el mercado local era demasiado pequeño para justificar su producción.
El año 1974 fue el año récord de la producción argentina de tractores: 24.573 fabricados, 24.883 vendidos, 4.233 exportados.
Una serie de motivos propició el fenómeno, según Proyección Rural: el crecimiento de la capacidad adquisitiva del sector agrícola, descenso de los niveles de precios comparados, exenciones impositivas, apoyo crediticio, y el cumplimiento de la vida útil de las unidades vendidas entre 1960-61. Estos niveles compensaron el congelamiento de precios que el gobierno había establecido sobre la maquinaria agrícola en 1973 y la rebaja del 10 % posterior. Las exportaciones de tractores se iniciaron en el mismo período que las de cosechadoras.
A partir de los primeros años de la década del 80' se produce una apertura económica que posibilitó el ingreso de maquinarias importadas, con lo que la industria nacional enfrenta una agresiva competencia internacional bajo condiciones adversas (debido a su estancamiento tecnológico y la nula competitividad) y junto al productor desarrolla la tecnología elegible en ese momento.
Cabe destacar que en esta década se produce el furor por el tractor articulado, surgiendo algunos fabricantes como Promi, Tortone, Mancini, Macrosa (CIDEF) y Zanello, que ya producía maquinaria agrícola desde principios de los 70's.
Durante la segunda apertura de la economía (década del 90), que coincidente con la convertibilidad en la Argentina, se ordenó mucho más la importación ya que fue a través de algún convenio con fabricantes nacionales, provocando una pérdida de competitividad terrible con las máquinas provenientes del exterior, lo que hizo que muchas de nuestras industrias tuvieran que cerrar sus puertas pasando el peor de los momentos del sector desde que en 1878 Don Nicolás Schneider producía el primer arado nacional.
La evolución económica argentina impone una fuerte reconversión de la industria que hoy se observa en numerosas exposiciones del país, con productos nacionales de primera calidad mundial, sin tener que envidiarle nada a los demás países productores de máquinas agrícolas del mundo.
Para 1972, la planta de Fiat, ahora en Sauce Viejo, provincia de Santa Fe, estaba preparada para producir 10.000 unidades anuales.
Deutz, en Haedo, ocupaba 1.700 obreros y podía producir 5.000 anuales.
Massey Ferguson contaba con una planta en Baigorria, Santa Fe, y más de 1.000 empleados. John Deere podía fabricar 6.000 anuales; en 1974 fabricaron 4.919 tractores de cuatro modelos entre los 43 y los 102CV. Las producciones de la gama entre 18 y 35 HP ya se habían abandonado por considerarse anti económicas, ya que el mercado local era demasiado pequeño para justificar su producción.
El año 1974 fue el año récord de la producción argentina de tractores: 24.573 fabricados, 24.883 vendidos, 4.233 exportados.
Una serie de motivos propició el fenómeno, según Proyección Rural: el crecimiento de la capacidad adquisitiva del sector agrícola, descenso de los niveles de precios comparados, exenciones impositivas, apoyo crediticio, y el cumplimiento de la vida útil de las unidades vendidas entre 1960-61. Estos niveles compensaron el congelamiento de precios que el gobierno había establecido sobre la maquinaria agrícola en 1973 y la rebaja del 10 % posterior. Las exportaciones de tractores se iniciaron en el mismo período que las de cosechadoras.
A partir de los primeros años de la década del 80' se produce una apertura económica que posibilitó el ingreso de maquinarias importadas, con lo que la industria nacional enfrenta una agresiva competencia internacional bajo condiciones adversas (debido a su estancamiento tecnológico y la nula competitividad) y junto al productor desarrolla la tecnología elegible en ese momento.
Durante la segunda apertura de la economía (década del 90), que coincidente con la convertibilidad en la Argentina, se ordenó mucho más la importación ya que fue a través de algún convenio con fabricantes nacionales, provocando una pérdida de competitividad terrible con las máquinas provenientes del exterior, lo que hizo que muchas de nuestras industrias tuvieran que cerrar sus puertas pasando el peor de los momentos del sector desde que en 1878 Don Nicolás Schneider producía el primer arado nacional.
La evolución económica argentina impone una fuerte reconversión de la industria que hoy se observa en numerosas exposiciones del país, con productos nacionales de primera calidad mundial, sin tener que envidiarle nada a los demás países productores de máquinas agrícolas del mundo.
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