jueves, 8 de noviembre de 2018

Ellos en la historia Argentina: Tractores que hicieron al país (2° parte)

En el año 1966 Fahr abandonaba la producción de tractores, asumiendo DeCa sus unidades y en 1969, Massey Ferguson adquirió la mayor parte de Hanomag. Durante la década del 70 el capital en la rama se centralizó en 4 fabricantes.
Para 1972, la planta de Fiat, ahora en Sauce Viejo, provincia de Santa Fe, estaba preparada para producir 10.000 unidades anuales.
Deutz, en Haedo, ocupaba 1.700 obreros y podía producir 5.000 anuales.
Massey Ferguson contaba con una planta en Baigorria, Santa Fe, y más de 1.000 empleados. John Deere podía fabricar 6.000 anuales; en 1974 fabricaron 4.919 tractores de cuatro modelos entre los 43 y los 102CV. Las producciones de la gama entre 18 y 35 HP ya se habían abandonado por considerarse anti económicas, ya que el mercado local era demasiado pequeño para justificar su producción.
El año 1974 fue el año récord de la producción argentina de tractores: 24.573 fabricados, 24.883 vendidos, 4.233 exportados.
Una serie de motivos propició el fenómeno, según Proyección Rural: el crecimiento de la capacidad adquisitiva del sector agrícola, descenso de los niveles de precios comparados, exenciones impositivas, apoyo crediticio, y el cumplimiento de la vida útil de las unidades vendidas entre 1960-61. Estos niveles compensaron el congelamiento de precios que el gobierno había establecido sobre la maquinaria agrícola en 1973 y la rebaja del 10 % posterior. Las exportaciones de tractores se iniciaron en el mismo período que las de cosechadoras.
A partir de los primeros años de la década del 80' se produce una apertura económica que posibilitó el ingreso de maquinarias importadas, con lo que la industria nacional enfrenta una agresiva competencia internacional bajo condiciones adversas (debido a su estancamiento tecnológico y la nula competitividad) y junto al productor desarrolla la tecnología elegible en ese momento.
Cabe destacar que en esta década se produce el furor por el tractor articulado, surgiendo algunos fabricantes como Promi, Tortone, Mancini, Macrosa (CIDEF) y Zanello, que ya producía maquinaria agrícola desde principios de los 70's.
Durante la segunda apertura de la economía (década del 90), que coincidente con la convertibilidad en la Argentina, se ordenó mucho más la importación ya que fue a través de algún convenio con fabricantes nacionales, provocando una pérdida de competitividad terrible con las máquinas provenientes del exterior, lo que hizo que muchas de nuestras industrias tuvieran que cerrar sus puertas pasando el peor de los momentos del sector desde que en 1878 Don Nicolás Schneider producía el primer arado nacional.
La evolución económica argentina impone una fuerte reconversión de la industria que hoy se observa en numerosas exposiciones del país, con productos nacionales de primera calidad mundial, sin tener que envidiarle nada a los demás países productores de máquinas agrícolas del mundo.

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