Golondrín es una empresa familiar que despliega sus actividades fabriles en la ciudad de venado tuerto, al sur de la provincia de Santa Fe.
Testigo e intérprete de la rica geografía de la pampa húmeda, Golondrin se consagró al desarrollo, fabricación y venta de implementos agrícolas: máquinas pulverizadoras, clasificadoras de semillas, curadoras, pulseadores de bolsa, trieurs, norias y cintas transportadoras. En sus inicios, la incipiente empresa se dedicaba únicamente a la producción de pulverizadoras, y contaba sólo con cuatro empleados. En ese entonces, el mercado de maquinarias agrícolas apenas si era una industria emergente. El resultado del sacrificio, e inventiva de Golondrín, fue poder desarrollar y posicionar a la empresa con el transcurso de los años.
El mercado -en aquel tiempo- se encontraba muy segmentado, y por lo general, cada una de las empresas se limitaba a ofrecer sus productos en las provincias en donde se encontraban asentadas. Pero también es preciso recordar que en el momento de la fundación de Golondrín, la pulverización se hacía anual, y únicamente sobre determinado tipo de cultivos. Por eso el mercado era tan acotado. En cambio, en la actualidad, se mantiene activo la mayor parte del año.
Simultáneamente al crecimiento y desarrollo del mercado de maquinarias agrícolas, Golondrín iba creciendo y posicionándose cada vez más dentro del sector. Se fueron incorporando nuevos productos, como la clasificadora de semillas, las cintas transportadoras y el trieurs, entre otros, así como también se fueron ampliando las zonas de venta en el resto del país.
Hoy en día Golondrín es una de las marcas más reconocidas y mejor posicionadas a nivel nacional, debido a su trayectoria y a su dedicación constante, con el propósito de lograr la fidelización y satisfacción del cliente.
Una planta fabril de más de 30.000 mts2 y personal comprometido con el quehacer diario, son representados de manera eficaz por concesionarios estratégicamente ubicados, insertando a la marca en diferentes geografías a lo largo y ancho del territorio nacional, y aún más allá de nuestras fronteras, en países limítrofes que le abrieron sus tranqueras a estos prestigiosos implementos agrícolas.
Testigo e intérprete de la rica geografía de la pampa húmeda, Golondrin se consagró al desarrollo, fabricación y venta de implementos agrícolas: máquinas pulverizadoras, clasificadoras de semillas, curadoras, pulseadores de bolsa, trieurs, norias y cintas transportadoras. En sus inicios, la incipiente empresa se dedicaba únicamente a la producción de pulverizadoras, y contaba sólo con cuatro empleados. En ese entonces, el mercado de maquinarias agrícolas apenas si era una industria emergente. El resultado del sacrificio, e inventiva de Golondrín, fue poder desarrollar y posicionar a la empresa con el transcurso de los años.
El mercado -en aquel tiempo- se encontraba muy segmentado, y por lo general, cada una de las empresas se limitaba a ofrecer sus productos en las provincias en donde se encontraban asentadas. Pero también es preciso recordar que en el momento de la fundación de Golondrín, la pulverización se hacía anual, y únicamente sobre determinado tipo de cultivos. Por eso el mercado era tan acotado. En cambio, en la actualidad, se mantiene activo la mayor parte del año.
Simultáneamente al crecimiento y desarrollo del mercado de maquinarias agrícolas, Golondrín iba creciendo y posicionándose cada vez más dentro del sector. Se fueron incorporando nuevos productos, como la clasificadora de semillas, las cintas transportadoras y el trieurs, entre otros, así como también se fueron ampliando las zonas de venta en el resto del país.
Hoy en día Golondrín es una de las marcas más reconocidas y mejor posicionadas a nivel nacional, debido a su trayectoria y a su dedicación constante, con el propósito de lograr la fidelización y satisfacción del cliente.
Una planta fabril de más de 30.000 mts2 y personal comprometido con el quehacer diario, son representados de manera eficaz por concesionarios estratégicamente ubicados, insertando a la marca en diferentes geografías a lo largo y ancho del territorio nacional, y aún más allá de nuestras fronteras, en países limítrofes que le abrieron sus tranqueras a estos prestigiosos implementos agrícolas.