El tractor en la Argentina y su sociedad: Indudablemente el tractor es una de las maquinarias más populares en nuestra sociedad. La asociamos inevitablemente al campo y también para que negarlo, a piropos varios.
Desde el primer tractor Pampa desarrollado en Córdoba por Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME), con la asistencia técnica de Fiat hasta el más evolucionado siempre ha cumplido con sus funciones principales para el productor agropecuario: facilitar las labores, incrementar el rendimiento de la labor agrícola, coayuda de las labores agrícolas entre otras.
Los invito a viajar conmigo para conocer su historia en el país.
Con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial el mercado interno de tractores se abastecía por importaciones y se desarrolló una extensa red de comercialización. Con el cierre del comercio mundial por la guerra, la demanda de mercaderías agrarias argentinas disminuyó, y el comercio interno de maquinaria agrícola se retrajo.
En diciembre de 1951 se sancionaba el decreto 26056 por el cual se declaraba de interés nacional la fabricación de maquinaria agrícola y sus repuestos.
Hacia 1952 ya se diseñaba un plan para la instalación de fábricas en el país.
Mediante el decreto 4076 del 11 de agosto de 1952, se creó la primera fábrica nacional de tractores, y se autorizó a las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME). En 1953, IAME comenzó a fabricar el modelo Pampa, basado en el tractor alemán Lanz Bulldog de 1930. El Pampa era un modelo obsoleto y tenía mucha vibración, la cual resultaba nociva para el tractorista.
En 1954, el gobierno decidió convocar a licitación internacional. Se presentaron varias firmas. Entre ellas, las más importantes fueron SAME, Landini, Hanomag, Deutz, Fahr, Massey Ferguson, Ursus, Volvo y Fordson. Sin embargo, las divisas para importaciones no alcanzaban a cumplir los planes propuestos motivo por el cual, se decidió reducir el plantel de firmas, descartándose las ofertas de David Brown y de SAME.
Hasta 1956, la industria nacional armaba unidades introducidas desde el exterior, mientras se equipaban las plantas. Desde 1959 se introdujeron los tractores que por exigua demanda no se fabricaban en el país. En abril de 1954, por contrato entre el estado argentino y Fiat, se entregaron a esta última las instalaciones de la planta de tractores de IAME en Ferreyra, Córdoba.
En 1957 se sancionó el decreto ley 15.385, por el cual se declaraba de interés nacional la producción de tractores. Se establecía a partir de ello un mínimo de un 40 % de valor nacional de cada unidad para ser considerado dentro de ese régimen, valor que iría en progresivo aumento. Además se establecían primas a la producción y se eximía del impuesto a las ventas a los tractores nacionales. Hanomag y Deutz no se acogieron al régimen instaurado por el decreto 15.385 y como consecuencia se vieron obligados a fabricar sus primeros tractores en asociación con Cura y La Cantábrica respectivamente.
En 1958 se anuncia la instalación de la fábrica de John Deere Argentina S.A.I.C. en la localidad de Granadero Baigorria, Santa Fe. John Deere incorporaba a sus actividades a quién había sido su representante por varias décadas: Agar Cross.
El 12 de febrero de 1959 se sancionó el decreto 1424 el cual establecía que las nuevas fábricas instaladas deberían completar un 80 % de la inversión en el tercer año, y comenzar con un 40 % de integración nacional para aumentar al doble en cuatro años. Se agregaba que la firma que cumpliera con esos cupos recibiría 15 pesos moneda nacional por cada dólar de valor CyF de la unidad completa. Por otro lado, se establecieron recargos para quien no alcanzara un mínimo de 40 % de valor nacional por unidad.
La producción nacional se concentró en las gamas de alta potencia y durante este período, algunas empresas diversificaron su oferta, mientras que otras se concentraron en una gama o cambiaron a lo largo de estos años. Una vez que se consolidó la industria y que Fiat se hizo cargo del grueso de la producción, la fabricación del Pampa disminuyó hasta discontinuarse a comienzos de los ’60. En 1964, RyCSA también salía del mercado. La prensa deslizaba que fue excluida por no dar cumplimiento al régimen legal.
Continuará….
Con anterioridad a la Segunda Guerra Mundial el mercado interno de tractores se abastecía por importaciones y se desarrolló una extensa red de comercialización. Con el cierre del comercio mundial por la guerra, la demanda de mercaderías agrarias argentinas disminuyó, y el comercio interno de maquinaria agrícola se retrajo.
En diciembre de 1951 se sancionaba el decreto 26056 por el cual se declaraba de interés nacional la fabricación de maquinaria agrícola y sus repuestos.
Hacia 1952 ya se diseñaba un plan para la instalación de fábricas en el país.
Mediante el decreto 4076 del 11 de agosto de 1952, se creó la primera fábrica nacional de tractores, y se autorizó a las Industrias Aeronáuticas y Mecánicas del Estado (IAME). En 1953, IAME comenzó a fabricar el modelo Pampa, basado en el tractor alemán Lanz Bulldog de 1930. El Pampa era un modelo obsoleto y tenía mucha vibración, la cual resultaba nociva para el tractorista.
En 1954, el gobierno decidió convocar a licitación internacional. Se presentaron varias firmas. Entre ellas, las más importantes fueron SAME, Landini, Hanomag, Deutz, Fahr, Massey Ferguson, Ursus, Volvo y Fordson. Sin embargo, las divisas para importaciones no alcanzaban a cumplir los planes propuestos motivo por el cual, se decidió reducir el plantel de firmas, descartándose las ofertas de David Brown y de SAME.
Hasta 1956, la industria nacional armaba unidades introducidas desde el exterior, mientras se equipaban las plantas. Desde 1959 se introdujeron los tractores que por exigua demanda no se fabricaban en el país. En abril de 1954, por contrato entre el estado argentino y Fiat, se entregaron a esta última las instalaciones de la planta de tractores de IAME en Ferreyra, Córdoba.
En 1957 se sancionó el decreto ley 15.385, por el cual se declaraba de interés nacional la producción de tractores. Se establecía a partir de ello un mínimo de un 40 % de valor nacional de cada unidad para ser considerado dentro de ese régimen, valor que iría en progresivo aumento. Además se establecían primas a la producción y se eximía del impuesto a las ventas a los tractores nacionales. Hanomag y Deutz no se acogieron al régimen instaurado por el decreto 15.385 y como consecuencia se vieron obligados a fabricar sus primeros tractores en asociación con Cura y La Cantábrica respectivamente.
En 1958 se anuncia la instalación de la fábrica de John Deere Argentina S.A.I.C. en la localidad de Granadero Baigorria, Santa Fe. John Deere incorporaba a sus actividades a quién había sido su representante por varias décadas: Agar Cross.
El 12 de febrero de 1959 se sancionó el decreto 1424 el cual establecía que las nuevas fábricas instaladas deberían completar un 80 % de la inversión en el tercer año, y comenzar con un 40 % de integración nacional para aumentar al doble en cuatro años. Se agregaba que la firma que cumpliera con esos cupos recibiría 15 pesos moneda nacional por cada dólar de valor CyF de la unidad completa. Por otro lado, se establecieron recargos para quien no alcanzara un mínimo de 40 % de valor nacional por unidad.
La producción nacional se concentró en las gamas de alta potencia y durante este período, algunas empresas diversificaron su oferta, mientras que otras se concentraron en una gama o cambiaron a lo largo de estos años. Una vez que se consolidó la industria y que Fiat se hizo cargo del grueso de la producción, la fabricación del Pampa disminuyó hasta discontinuarse a comienzos de los ’60. En 1964, RyCSA también salía del mercado. La prensa deslizaba que fue excluida por no dar cumplimiento al régimen legal.
Continuará….