Para hablar de la historia de Rector corresponde hablar acerca de Emilio Fernando Callegari Bettiol.
BIOGRAFÍA Y FAMILIA para ello, hay que trasladarse a Casilda, provincia de Santa Fe, localidad donde nació un 15 de junio de 1914 y era hijo de un matrimonio de agricultores que se casaron el 15 de junio de 1904. Emilio tenía 5 hermanos más: Luis Angel (nacido en 1905), Juana Maria (nacida en 1907), Amadeo Carlos Antonio (nacido en 1910), Jose (nacido en 1912), Ricardo Callegari (nacido en 1918) y Carlos (sin datos de nacimiento), cuyo padre estaba muy enfermo. Justamente su padre, Secondo Callegari había nacido un 31 de mayo de 1876 en Trevignano, Treviso, región de Veneto y su madre Palmira Bettiol un 13 de junio de 1887 en Cusignana, Giavera del Montello, Treviso, región de Veneto.
LOS INICIOS: Su acercamiento con la maquinaria agrícola, se debió por un ofrecimiento de un tío, el cual le dice de trabajar en un campo cercano a la localidad de Gigena, provincia de Córdoba. Es entonces que adquirió dos cosechadoras Druett, ya que trabajaba como contratista y al poco tiempo se independizó de su tío.
En abril de 1947, vuelve a Casilda y un hermano le propone explotar conjuntamente un campo.
Al terminar la segunda guerra mundial, surge la necesidad de la mecanización del agro y Emilio Callegari construye desde cero un taller metalúrgico ubicado en el barrio Nueva Roma donde procede a reformar cosechadoras de arrastre para convertirlas en automotrices, siendo uno de tantos establecimientos que en aquella época empezaban con el furor de las reformas de este tipo.
Emilio Callegari le propone a un amigo de apellido Fornero, la producción de una cosechadora. El tal Fornero rechaza esto, ya que lo creería loco y no acepta de ninguna manera.
Para asegurarse de tener suficientes fondos, vende una cosechadora Druett de su propiedad, para poder, con ese dinero, comenzar con la fabricación de cosechadoras.
PUNTAPIÉ INICIAL A LA FABRICACIÓN: Así es que en 1949 construye de su propio ingenio su primera cosechadora automotriz, que al quedar demostrada su eficiencia en las pruebas de cosecha, hace que en 1950 instale su establecimiento para la fabricación en serie de un nuevo modelo de cosechadoras.
Éstas fueron fabricadas en la calle Vicente López al 2200. Cabe destacar que las primeras dos unidades que vieron la luz, llamativamente fueron vendidas a dos personas del mismo apellido, pero sin parentesco alguno: eran de apellido Chiconi, uno de Arequito y el otro de la provincia de Córdoba (éstas máquinas salieron con el nombre de Emilio Callegari).
Ante el crecimiento, seguidamente, compró un terreno, el cual levantó su fábrica (hoy ocupada por la empresa "Gentilli"). Pese a contar con sólo tres empleados y padecer penurias, llego a tener 150 empleados.
La sociedad que en el mes de octubre de 1955 se formalizó con Emilio Callegari como cabeza de la misma, fue el Establecimiento Industrial Rector S.A.C. Y F., siendo el nombre Rector la marca que llevaría estampada cada máquina que saliera de su fábrica. Posteriormente lanzan al mercado las máquinas llamadas mixtas, también automotrices, que podían emplearse en cosecha de grano fino (trigo, lino, etc.) y, con el recambio de accesorios y plataforma de recolección, se convertían en cosechadora de maní.
Dentro del portfolio productivo, también se dedican a la producción de cabezales maiceros, pudiendo ser aplicables a todas las cosechadoras.
CRECIMIENTO SOSTENIDO: Finalizando la década del '50, trabajaban en este establecimiento más de 70 obreros y empleados en todos los órdenes de dicha empresa, siendo sus titulares el fundador Emilio Callegari, Jerónimo Coirini (nacido un 31 de octubre de 1905), Adelqui Calcaterra y Enzo Cittadini (nacido en 1921 y fallecido en 2009).
La producción total de la empresa se contó en unas 1000 unidades.
BIOGRAFÍA Y FAMILIA para ello, hay que trasladarse a Casilda, provincia de Santa Fe, localidad donde nació un 15 de junio de 1914 y era hijo de un matrimonio de agricultores que se casaron el 15 de junio de 1904. Emilio tenía 5 hermanos más: Luis Angel (nacido en 1905), Juana Maria (nacida en 1907), Amadeo Carlos Antonio (nacido en 1910), Jose (nacido en 1912), Ricardo Callegari (nacido en 1918) y Carlos (sin datos de nacimiento), cuyo padre estaba muy enfermo. Justamente su padre, Secondo Callegari había nacido un 31 de mayo de 1876 en Trevignano, Treviso, región de Veneto y su madre Palmira Bettiol un 13 de junio de 1887 en Cusignana, Giavera del Montello, Treviso, región de Veneto.
LOS INICIOS: Su acercamiento con la maquinaria agrícola, se debió por un ofrecimiento de un tío, el cual le dice de trabajar en un campo cercano a la localidad de Gigena, provincia de Córdoba. Es entonces que adquirió dos cosechadoras Druett, ya que trabajaba como contratista y al poco tiempo se independizó de su tío.
En abril de 1947, vuelve a Casilda y un hermano le propone explotar conjuntamente un campo.
Al terminar la segunda guerra mundial, surge la necesidad de la mecanización del agro y Emilio Callegari construye desde cero un taller metalúrgico ubicado en el barrio Nueva Roma donde procede a reformar cosechadoras de arrastre para convertirlas en automotrices, siendo uno de tantos establecimientos que en aquella época empezaban con el furor de las reformas de este tipo.
Emilio Callegari le propone a un amigo de apellido Fornero, la producción de una cosechadora. El tal Fornero rechaza esto, ya que lo creería loco y no acepta de ninguna manera.
Para asegurarse de tener suficientes fondos, vende una cosechadora Druett de su propiedad, para poder, con ese dinero, comenzar con la fabricación de cosechadoras.
PUNTAPIÉ INICIAL A LA FABRICACIÓN: Así es que en 1949 construye de su propio ingenio su primera cosechadora automotriz, que al quedar demostrada su eficiencia en las pruebas de cosecha, hace que en 1950 instale su establecimiento para la fabricación en serie de un nuevo modelo de cosechadoras.
Éstas fueron fabricadas en la calle Vicente López al 2200. Cabe destacar que las primeras dos unidades que vieron la luz, llamativamente fueron vendidas a dos personas del mismo apellido, pero sin parentesco alguno: eran de apellido Chiconi, uno de Arequito y el otro de la provincia de Córdoba (éstas máquinas salieron con el nombre de Emilio Callegari).
Ante el crecimiento, seguidamente, compró un terreno, el cual levantó su fábrica (hoy ocupada por la empresa "Gentilli"). Pese a contar con sólo tres empleados y padecer penurias, llego a tener 150 empleados.
La sociedad que en el mes de octubre de 1955 se formalizó con Emilio Callegari como cabeza de la misma, fue el Establecimiento Industrial Rector S.A.C. Y F., siendo el nombre Rector la marca que llevaría estampada cada máquina que saliera de su fábrica. Posteriormente lanzan al mercado las máquinas llamadas mixtas, también automotrices, que podían emplearse en cosecha de grano fino (trigo, lino, etc.) y, con el recambio de accesorios y plataforma de recolección, se convertían en cosechadora de maní.
Dentro del portfolio productivo, también se dedican a la producción de cabezales maiceros, pudiendo ser aplicables a todas las cosechadoras.
CRECIMIENTO SOSTENIDO: Finalizando la década del '50, trabajaban en este establecimiento más de 70 obreros y empleados en todos los órdenes de dicha empresa, siendo sus titulares el fundador Emilio Callegari, Jerónimo Coirini (nacido un 31 de octubre de 1905), Adelqui Calcaterra y Enzo Cittadini (nacido en 1921 y fallecido en 2009).
La producción total de la empresa se contó en unas 1000 unidades.
El principal mercado de la empresa estaba (como casi todas las marcas de la época) enfocado a la zona núcleo (entiéndase las provincias de Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba) y las provincias de Tucumán y Salta.
Cabe destacar que Callegari fue el creador de la emparvinadora de maní.
Rector cerró definitivamente sus puertas en 1978, en medio de la apertura de importaciones de aquella época y la imposibilidad de competir con las marcas más grandes.
Cabe destacar que Callegari fue el creador de la emparvinadora de maní.
Rector cerró definitivamente sus puertas en 1978, en medio de la apertura de importaciones de aquella época y la imposibilidad de competir con las marcas más grandes.
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