Según la revista Mundo Agrario, de 1958: Simboliza el esfuerzo de la industria nacional - EL TRACTOR N° 10000.
"Algunos años atrás, los habitantes de la tranquila ciudad de Córdoba no habrían creído que en sus vecindades funcionaría un establecimiento fabril organizado con tanta eficiencia, que a los pocos años produjera la importante y halagüeña cifra de 10000 tractores. Bien puede repetirse en este caso: "nunca se hizo tanto en tan poco tiempo".
El buen chacarero Bernardo Ridao, con esa altivez y estampa congénitas de los hombres de la tierra de América, que parecen llevar toda el alma de España, tomó emocionado la botella de champaña.
Ante él, se hallaba un flamante tractor Fiat R60. Don Bernardo lo miró como si aquel armonioso conjunto mecánico, maravilla de la inventiva humana, tuviera también espíritu. Durante un minuto o dos titubeó, y luego, con decidido ademán, bautizó al tractor rompiendo la botella de champaña.
Es un acto clásico, lleno de simbolismo, como iniciando con la alegría espumante de la champaña, una larga vida de servicios para el hombre.
En verdad, que ese acto simbólico tenía un gran significado. Don Bernardo Ridao, chacarero de Balcarce, provincia de Buenos Aires, entraba en posesión del tractor 10000 de auténtica producción nacional. Hace unos años, no muchos, hubiera parecido imposible que en la Argentina se pudiera producir un tractor pro la complejidad de fabricación.
10000 tractores indican la existencia de una organización fabril en alto grado eficiente, responsable. ¿es que acaso los argentinos no estábamos preparados para tan alto nivel industrial? La experiencia industrial no puede nacer sin un largo proceso. Es necesario haber emprendido un largo y costoso camino para llegar a producir un tractor o cualquier otra máquina que significa un alto desarrollo técnico, una depuración de procesos mecánicos, tener facilidades para obtener nobles materiales, etc.
En realidad, la Argentina, hace unos pocos años, no se hallaba preparada para tan alta empresa.
Ello ha sido posible por la inversión de fuertes capitales, que lógicamente, necesitan un clima de paz, una profunda fe en el futuro del país y un sentido del progreso de la actividad donde se ha de colocar la producción de esa organización industrial. Pero no sólo eso es todo. Con el capital es necesario introducir métodos de alta técnica fabril, personal muy especializado, las más modernas máquinas-herramientas y establecer un complejo engranaje de producción, que debe ser de lo más perfecto posible para el éxito de la empresa.
Cuando en tan pocos años de existencia, una fábrica logra producir 10000 tractores, significa que hay madurez industrial, una firme base económica y un mercado que ha sido conquistado por la nobleza de esa producción fabril.
Muy posiblemente, don Bernardo, en el momento de bautizar a su tractor, que lleva el n° 10000 de producción Concord, no conocía todo lo que significaba haber llegado a fabricar tal cifra de unidades (desde luego, a esta fecha muy superada), pero es indudable que sentía la emoción del momento, tanto como el concesionario de Agromecánica, distribuidor de los tractores CONCORD, sr Alfredo Donati, en cuyo conocido salón de ventas de Balcarce tuvo lugar la ceremonia.
Asistieron al acto, representantes de la prensa metropolitana y local, de la banca y el comercio, funcionarios provinciales y numerosos amigos de la firma concesionaria.
Don Bernardo Ridao, es un colono muy estimado en la zona y siembra 25 hectáreas. Posee alto sentido del valor que representa la moto mecanización para obtener mayores rendimientos.
El hecho que sólo cultive 25 hectáreas hace más significativa su decisión de introducir la tracción mecánica en las labores agrícolas. Es un hombre rápido de pensamiento y tiene ese gracejo inimtable de las tierras del mediodía español.
Piensa, con verdadero criterio económico, que su labor personal - con la ayuda de su nuevo tractor, desde luego - puede duplicarse o triplicarse y, entonces, realizar servicios fuera de su predio en favor de vecinos o interesados. Esta forma de encarar económicamente el mayor provecho de su jornada de trabajo es una excelente base de superación y no hay duda que los ingresos que obtendrá lo han de llevar a ser poseedor de mayor número de hectáreas.
En las actuales investigaciones sobre economía rural, se da gran importancia al número de horas por año que el productor dedica a su principal o principales cultivos comerciales. La introducción del tractor en la labor campesina implica no sólo una mayor eficiencia en las diferentes operaciones del gran cultivo, menor numero de horas de trabajo, mas hectáreas en producción, por cuanto no tiene necesidad de reservar parte de su chacra para la alimentación de los animales de trabajo, sino que puede aprovechar mas horas por día, o jornadas enteras en ciertas labores auxiliares en su mismo establecimiento o en otros de la localidad, aumentando sus ingresos. De ahí que se dice que la moto mecanización se paga por sí sola.
El chacarero balcarceño Ridao, muy estimado en la zona, se siente orgulloso con la adquisición de su Fiat R60. Afirma que los colonos, por lo menos en su zona, conocen perfectamente cómo extraer el mayor provecho del tractor y que la marca es toda una garantía. Piensa que sus hijos o sus nietos arraigarán a la tierra al poseer elementos mecánicos que facilitarán su labor.
Y es la verdad, don Bernardo, con esa intuición notable de los hombres de campo, ve un futuro mejor para nuestra juventud rural. La afirmación de una industria nacional de tractores y maquinarias agrícolas permite pensar en un porvenir seguro para la actividad agropecuaria, sin el temor de que conflictos extraños le impidan abastecerse de maquinaria, como fue la triste experiencia de la última Guerra Mundial, cuyas consecuencias se han hecho sentir con fuerza en el progreso agrícola del país.
La fábrica Concord S.A.I.C. de Ferreyra, provincia de Córdoba, en un lapso asombrosamente corto, no sólo ha montado una de las más modernas fábricas de esta parte del continente, sino que ha establecido una organización industrial que, verdaderamente, llama la atención hasta a los especialistas industriales. Es que cuenta con una experiencia de organización depurada a través de muchos años en centros fabriles de Italia y Francia, donde las exigencias en los métodos y resultados han hecho escuela. La búsqueda en elementos de superación lleva a una notable eficiencia en todos los planos, porque es la base para triunfar en un mercado de competencia.
Todos estos beneficios han sido trasladados a nuestra tierra. Por eso ha sido posible ese milagro de producción, no sólo porque uno del os tractores que lleva el n° 10000 se halla en servicio, labrando el suelo argentino, sino porque todo eso se ha realizado en muy pocos años.
Con esta fábrica, el país cuenta con una eficiente fuente de recursos motomecánicos, cuyas unidades se distribuyen en todos los ámbitos del país a través de 100 concesionarios establecidos, donde el usuario puede acudir en todo momento en busca de información, de un eficiente servicio mecánico y conveniente reserva de partes y repuestos con lo que se impide que el productor pierda preciosas horas de rendidora labor. La industria, entonces, no se reduce al establecimiento fabril de tal o cual localidad, sino que, por la misma razón de su existencia, se extienden a todo el territorio, a través de sus representantes, los beneficios de que se ha afirmado en el país una eficiente industria nacional del tractor.
Don Bernardo Ridao, de Balcarce, con sano y encomiable orgullo tiene su tractor 10000 trabajando en su campo. Pronto, algún productor de Salta o Corrientes, tendrá en servicio el número 12000 o 15000. Las ruedas de la industria no paran, van perfeccionando sobre la marcha, buscando siempre superarse, como tributo al productor rural y al país.
"Algunos años atrás, los habitantes de la tranquila ciudad de Córdoba no habrían creído que en sus vecindades funcionaría un establecimiento fabril organizado con tanta eficiencia, que a los pocos años produjera la importante y halagüeña cifra de 10000 tractores. Bien puede repetirse en este caso: "nunca se hizo tanto en tan poco tiempo".
El buen chacarero Bernardo Ridao, con esa altivez y estampa congénitas de los hombres de la tierra de América, que parecen llevar toda el alma de España, tomó emocionado la botella de champaña.
Ante él, se hallaba un flamante tractor Fiat R60. Don Bernardo lo miró como si aquel armonioso conjunto mecánico, maravilla de la inventiva humana, tuviera también espíritu. Durante un minuto o dos titubeó, y luego, con decidido ademán, bautizó al tractor rompiendo la botella de champaña.
Es un acto clásico, lleno de simbolismo, como iniciando con la alegría espumante de la champaña, una larga vida de servicios para el hombre.
En verdad, que ese acto simbólico tenía un gran significado. Don Bernardo Ridao, chacarero de Balcarce, provincia de Buenos Aires, entraba en posesión del tractor 10000 de auténtica producción nacional. Hace unos años, no muchos, hubiera parecido imposible que en la Argentina se pudiera producir un tractor pro la complejidad de fabricación.
10000 tractores indican la existencia de una organización fabril en alto grado eficiente, responsable. ¿es que acaso los argentinos no estábamos preparados para tan alto nivel industrial? La experiencia industrial no puede nacer sin un largo proceso. Es necesario haber emprendido un largo y costoso camino para llegar a producir un tractor o cualquier otra máquina que significa un alto desarrollo técnico, una depuración de procesos mecánicos, tener facilidades para obtener nobles materiales, etc.
En realidad, la Argentina, hace unos pocos años, no se hallaba preparada para tan alta empresa.
Ello ha sido posible por la inversión de fuertes capitales, que lógicamente, necesitan un clima de paz, una profunda fe en el futuro del país y un sentido del progreso de la actividad donde se ha de colocar la producción de esa organización industrial. Pero no sólo eso es todo. Con el capital es necesario introducir métodos de alta técnica fabril, personal muy especializado, las más modernas máquinas-herramientas y establecer un complejo engranaje de producción, que debe ser de lo más perfecto posible para el éxito de la empresa.
Cuando en tan pocos años de existencia, una fábrica logra producir 10000 tractores, significa que hay madurez industrial, una firme base económica y un mercado que ha sido conquistado por la nobleza de esa producción fabril.
Muy posiblemente, don Bernardo, en el momento de bautizar a su tractor, que lleva el n° 10000 de producción Concord, no conocía todo lo que significaba haber llegado a fabricar tal cifra de unidades (desde luego, a esta fecha muy superada), pero es indudable que sentía la emoción del momento, tanto como el concesionario de Agromecánica, distribuidor de los tractores CONCORD, sr Alfredo Donati, en cuyo conocido salón de ventas de Balcarce tuvo lugar la ceremonia.
Asistieron al acto, representantes de la prensa metropolitana y local, de la banca y el comercio, funcionarios provinciales y numerosos amigos de la firma concesionaria.
Don Bernardo Ridao, es un colono muy estimado en la zona y siembra 25 hectáreas. Posee alto sentido del valor que representa la moto mecanización para obtener mayores rendimientos.
El hecho que sólo cultive 25 hectáreas hace más significativa su decisión de introducir la tracción mecánica en las labores agrícolas. Es un hombre rápido de pensamiento y tiene ese gracejo inimtable de las tierras del mediodía español.
Piensa, con verdadero criterio económico, que su labor personal - con la ayuda de su nuevo tractor, desde luego - puede duplicarse o triplicarse y, entonces, realizar servicios fuera de su predio en favor de vecinos o interesados. Esta forma de encarar económicamente el mayor provecho de su jornada de trabajo es una excelente base de superación y no hay duda que los ingresos que obtendrá lo han de llevar a ser poseedor de mayor número de hectáreas.
En las actuales investigaciones sobre economía rural, se da gran importancia al número de horas por año que el productor dedica a su principal o principales cultivos comerciales. La introducción del tractor en la labor campesina implica no sólo una mayor eficiencia en las diferentes operaciones del gran cultivo, menor numero de horas de trabajo, mas hectáreas en producción, por cuanto no tiene necesidad de reservar parte de su chacra para la alimentación de los animales de trabajo, sino que puede aprovechar mas horas por día, o jornadas enteras en ciertas labores auxiliares en su mismo establecimiento o en otros de la localidad, aumentando sus ingresos. De ahí que se dice que la moto mecanización se paga por sí sola.
El chacarero balcarceño Ridao, muy estimado en la zona, se siente orgulloso con la adquisición de su Fiat R60. Afirma que los colonos, por lo menos en su zona, conocen perfectamente cómo extraer el mayor provecho del tractor y que la marca es toda una garantía. Piensa que sus hijos o sus nietos arraigarán a la tierra al poseer elementos mecánicos que facilitarán su labor.
Y es la verdad, don Bernardo, con esa intuición notable de los hombres de campo, ve un futuro mejor para nuestra juventud rural. La afirmación de una industria nacional de tractores y maquinarias agrícolas permite pensar en un porvenir seguro para la actividad agropecuaria, sin el temor de que conflictos extraños le impidan abastecerse de maquinaria, como fue la triste experiencia de la última Guerra Mundial, cuyas consecuencias se han hecho sentir con fuerza en el progreso agrícola del país.
La fábrica Concord S.A.I.C. de Ferreyra, provincia de Córdoba, en un lapso asombrosamente corto, no sólo ha montado una de las más modernas fábricas de esta parte del continente, sino que ha establecido una organización industrial que, verdaderamente, llama la atención hasta a los especialistas industriales. Es que cuenta con una experiencia de organización depurada a través de muchos años en centros fabriles de Italia y Francia, donde las exigencias en los métodos y resultados han hecho escuela. La búsqueda en elementos de superación lleva a una notable eficiencia en todos los planos, porque es la base para triunfar en un mercado de competencia.
Todos estos beneficios han sido trasladados a nuestra tierra. Por eso ha sido posible ese milagro de producción, no sólo porque uno del os tractores que lleva el n° 10000 se halla en servicio, labrando el suelo argentino, sino porque todo eso se ha realizado en muy pocos años.
Con esta fábrica, el país cuenta con una eficiente fuente de recursos motomecánicos, cuyas unidades se distribuyen en todos los ámbitos del país a través de 100 concesionarios establecidos, donde el usuario puede acudir en todo momento en busca de información, de un eficiente servicio mecánico y conveniente reserva de partes y repuestos con lo que se impide que el productor pierda preciosas horas de rendidora labor. La industria, entonces, no se reduce al establecimiento fabril de tal o cual localidad, sino que, por la misma razón de su existencia, se extienden a todo el territorio, a través de sus representantes, los beneficios de que se ha afirmado en el país una eficiente industria nacional del tractor.
Don Bernardo Ridao, de Balcarce, con sano y encomiable orgullo tiene su tractor 10000 trabajando en su campo. Pronto, algún productor de Salta o Corrientes, tendrá en servicio el número 12000 o 15000. Las ruedas de la industria no paran, van perfeccionando sobre la marcha, buscando siempre superarse, como tributo al productor rural y al país.